Albi, la ciudad episcopal clasificada en la UNESCO

La Ciudad episcopal de Albi fue declarada patrimonio mundial por parte de la UNESCO en el año 2010. El palacio episcopal y la imponente catedral son sin duda los dos monumentos principales de este lugar. Más de un millón de visitantes descubren la ciudad cada año. En su memoria quedará grabada la belleza de este sitio, que es sin duda excepcional.
LA CIUDAD EPISCOPAL: UN CONJUNTO URBANO DE LADRILLO ÚNICO EN EL MUNDO
El ladrillo es la firma arquitectónica de la Ciudad episcopal. Gracias a este elemento, Albi posee un entorno urbano muy singular, que, según la luz que penetre la ciudad, nos permite distinguir diferentes tonalidades de color a lo largo de la jornada: rojo, rosa, ocre. Este ladrillo sirvió en la Edad Media para construir un conjunto urbano que hoy en día se ha convertido en la única herencia en Europa de este modelo de arquitectura. De fabricación local, este material realizado con la tierra sacada directamente del río Tarn está omnipresente tanto en la arquitectura religiosa como en la civil. La catedral y el palacio de la Berbie forman parte de los edificios de mayor tamaño construidos con este tipo de ladrillo en el mundo.

UNA CIUDAD EPISCOPAL, 4 BARRIOS MEDIEVALES
4 barrios históricos rodean a los dos gigantes de ladrillo: la catedral y el palacio episcopal

- Castelviel, delante del campanario de la catedral, la cuna de la ciudad. Estos van acompañados de auténticos y preciosos rincones de la época medieval con sus respectivas plazas rodeadas de casas de época con sus techos abiertos en la cima:
- El Castelnau, barrio pintoresco con rectas y anchas calles, es el símbolo del barrio moderno de la ciudad en el siglo XII. La casa del Vieil Alby, cerca de la calle Toulouse-Lautrec, sede de la asociación Albi patrimonio, es uno de sus emblemas.
- El bourg Saint-Salvi con forma de anillo o rueda, rodea la iglesia colegial y el claustro de Saint-Salvi. Se trata de una construcción destacada del siglo XI que mezcla arquitectura romana y gótica.
- Los valles y orillas del Tarn, donde se encuentra el Pont-vieux, construido entre 1035 y 1040, son la llave del desarrollo comercial en la Edad media y un elemento importante de defensa, sobretodo en el siglo XIV durante la guerra de los 100 años. Es uno de los puentes más antiguos de toda Francia.