La capilla es el monumento más atípico del pueblo. Presenta la particularidad de estar construido por encima de una vía pública. Cuenta la leyenda que un caballero que regresaba de las Cruzadas trajo consigo un fragmento de la verdadera Cruz de Cristo. Tras un alto en el Burgo del Hospital, se adormiló al pie de un espino blanco, y al despertar constató que alguien se lo había robado. Marchó del pueblo sin conseguir recuperarlo.
Poco después, los habitantes del pueblo divisaron, encima de un espino blanco, un nido de urraca iluminado por una luz sobrenatural que emanaba del fragmento de la Cruz. Se lo llevaron a la iglesia, pero a la noche siguiente desapareció y volvió a aparecer en el nido de la urraca. Así las cosas, decidieron construir una capilla cuyo coro quedase en el mismo lugar donde el fragmento de la Cruz deseaba permanecer…
En el interior del transepto sur, se guarda un relicario cruciforme que contiene el fragmento. La construcción de la capilla de granito se remonta al siglo XVI, pero a finales del siglo pasado (1974-1986), fue restaurada por la entidad que entonces se encargaba de la recuperación del patrimonio arquitectónico francés. Se clasificó como Monumento Histórico en 1926, al igual que las criptas que tiene debajo.
La capilla se construyó por encima de una vía pública. El paso se realizaba en sentido único, desde la plaza hacia la calle. Esta peculiar disposición permitía a los peregrinos pasar por debajo de la reliquia, situada en la capilla alta. Por el Este, una hilera de arcos da a una especie de cripta abovedada iluminada por dos ventanas. En ese punto, se encuentra el altar de la capilla San Justo (que está a 3 km del pueblo). Podemos observar una imagen de la Virgen, una pila de agua bendita y un dintel, que también proceden de esa misma capilla.
Enfrente, una hilera de arcos semejante deja a la vista un majestuoso portal de cuatro dovelajes en forma de arco ojival. Antiguamente, esta entrada solemne comunicaba con la escalera que ascendía a la planta superior.
Otra particularidad es que la capilla alta está comunicada por ambos lados por dos escaleras, lo que permitía que los peregrinos llegados a venerar la reliquia circularan continuamente.
La bóveda de madera está pintada en azul cielo salpicado de estrellas doradas. Todo el perímetro del coro, que está delimitado por una reja de hierro forjado, está cubierto con paneles de madera esculpidos. El altar se ciñe al mismo estilo decorativo. Las gradas (o tarimas del altar) están adornadas con motivos vegetales. Se cree que toda esta decoración fue obra del rector Tanguy, y que también es suya la carpintería de la iglesia. Sendas vidrieras a los lados del coro ilustran la leyenda de la reliquia en el nido y la imagen del relicario de La Vraie-Croix.
Si se gira, podrá ver la cruz-relicario que se conserva en el interior del transepto sur, y que supuestamente contiene un fragmento de la Santa Cruz. Sólo mide 20 cm de alto, pero es una magnífica obra de orfebrería cruciforme. Es de bronce y láminas de plata sobre un alma de madera.