Este edificio, que posee una torrecilla en la fachada posterior, sirvió de lechería en los años cincuenta del siglo pasado, antes de albergar en la actualidad salas culturales y viviendas. Pero en los siglos XII y XIII, hospedaba a los monjes de San Juan de Jerusalén, cuya misión era hospedar, cuidar y curar a los peregrinos que iban de camino a Santiago de Compostela o a Jerusalén.