El Salève

Una vista de 360º sobre la ensenada de Ginebra, el lago Lemán, la cadena del Mont Blanc y la cordillera del Jura aparecerá ante sus ojos en la cumbre de esta polifacética montaña.
Con sus precipicios abruptos, esta cuna de la escalada que es el Salève, con llanos rebosantes de verdor, idóneos para los paseos en familia, por no decir para el descenso en mountain bike, el parapente, el senderismo o la marcha sobre raquetas de nieve, el esquí de fondo o incluso la iniciación al esquí, reúne todas las cualidades en una sola montaña.
A pie, en coche o en teleférico cada uno es libre de decidir la forma que más le interesa para subir. Una cosa es segura, no se arrepentirá de llegar arriba.