Desde la Edad Media hasta el final del Antiguo Régimen, Bergerac era la única ciudad del valle de la Dordoña donde el viajero podía encontrar un puente (1209) para cruzar el gran río. En 1783, una crecida del río se llevó para siempre el puente. Fue sustituido por la obra actual de piedra y ladrillo, construida entre 1822 y 1825.