Por su posición geográfica, cerca de los Pirineos, la arquitectura suletina se diferencia de las casas labordanas o navarras y se parece más a las del Béarn. Sus tejados son puntiagudos y de fuerte pendiente, preparados para enfrentarse a la nieve. Puede construirse en forma rectangular, en forma de "T", o dividirse en varios edificios alrededor de un mismo patio.