La casa bearnesa se construye con guijarros grises de río en mortero. Una de las características esenciales de la casa bearnesa es su tejado: la inclinación puede alcanzar los 50° o incluso más, cubierto con tejas planas o, más frecuentemente, pizarras. En Béarn, las casas varían según los valles y las zonas geográficas.