La margen izquierda del valle del Aturri ha sido durante siglos un lugar de confluencia para las gentes de Lapurdi, las Landas, la Baja Navarra o el Bearne. Hombres y mujeres de diversas procedencias navegaron durante siglos por estas vías fluviales, explotaron sus fértiles tierras al borde del río y construyeron pueblos y villas, así como la abadía de la Orden Premostratense.