A principios del siglo XVIII se construyo una ermita en este lugar, pero un siglo más tarde terminó en ruinas. A pesar de ello, se celebraron procesiones anuales hasta la cumbre del monte Oilarandoi prácticamente cada año, hasta que en 1942 se construyó una nueva ermita que poco después también fue dañada por el mal tiempo. Así las cosas, la capilla que corona en la actualidad el monte Oilarandoi es mucha más reciente y data del año 1985.