Los “cagots” eran una minoría social marginada. Padecían cuatro principales interdicciones: casarse con el resto de la población, tener libres vecinos, estar sepultados en los mismos cementerios y trabajar la tierra, de ahí su especialización forzada hacia los oficios de la madera.
La sociedad los necesitaba pues para la construcción de las casas y edificios y los pagaba para ello.