Uno de los espacios históricos más importantes de la ciudad es el conocido como Túnel de las Encerradas. Integrado actualmente dentro del convento de las Clarisas, el pasadizo y su entorno son los restos del sistema defensivo de la ciudadela catedralicia, la parte más elevada de la colina tudense. El monarca Alfonso VII ordenaría la construcción de una torre en la ciudad, que sería donada a los obispos en 1142. La ampliación de la ciudad en 1170 con una nueva muralla, dejará la torre dentro del caserío pero aún como vía de comunicación entre la parte alta y la baja de Tui.
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