Bastide de Monflanquin

A unos 15 km al norte del valle del Lot, encaramada en el óvalo de un pech, la bastida de Monflanquin domina un paisaje de laderas redondeadas salpicadas de huertos. Catalogado como uno de los pueblos más bonitos de Francia, sus calles y callejuelas están trazadas a cuadros, con fachadas entramadas o de piedra adornadas con flores, edificios con carácter como la Maison du Prince Noir, numerosos pontets (pasadizos cubiertos entre dos casas), una plaza central bordeada de soportales y la iglesia de Saint-André.
Monflanquin se fundó en 1256 bajo los auspicios de Alfonso de Poitiers, representante del rey de Francia. Como tantas otras, la bastida tuvo una historia turbulenta, siendo fortificada y luego desmembrada en 1632 por orden de Richelieu. Encima de la Oficina de Turismo, un Museo de las Bastidas presenta un fenómeno que sigue marcando el tejido urbano del Suroeste: la creación de nue